sanatorio de hoffman
labores domésticas comodizadas
Mediterranian style
pseudo mediterránea en trance comiendo queso
cortes interruptus
Fijémonos como este cortador de pinchos de cactus lleva su labor el sumo cuidado del artesano
Aquí, el cortador de pinchos de cactus nos muestra con su sonrisa la satisfacción de una labor bien realizada propia del amor y afán al trabajo
ay ay ay.. cuando a uno se le ve lo que la minifalda del saber estar debe ocultar al caer por la barra de bomberos, se da cuenta más que nunca que Bridgets Jones se ha adueñado de la manera en que uno tiene de "percibirse a uno mismo", y por ende de mostrarse a los demás... y es que cuando uno quiere se cree Amelie, sobreviviendo a base de quererse a uno mismo a base de "reconocerse especial" y de querer hacer sentirse especial a los demás, desarrollándome en un París inalcanzable con banda sonora a base de acordeón; y el ego descentralizador (que diría un eneagramista) trata de convertirse en una Sara-Jessica Parker, urbana, neoyorkina, con cierta envidia de Samantha, pero tratando de autoconpadecerse con ayuda de ese "ideal" que el ego de Sara-Jessica anhela, no queda más que aceptar la dura realidad, y que le resultado de esa lucha entre mi "ego" y mi "yo" no es más que el hecho de que acabo convirtiendome en una BRIDGET JONES CASTIZA (tratando se actualizarme en una Barcelona cada vez más amable por pura cuestión kilométrica)
Semana Santa de vuelta a casa. Otra vez en Madrid, esta vez con una cierta incertidumbre de no saber si me iba a encontrar con el mismo Madrid que dejé la última vez. Y sí, como de costumbre, me volví a sentir de allí. Y si por un casual me dan ganas de mandarlo todo a la mierda y volverme a Barcelona, me dejo mimar por la Gran Vía y se me pasan todos los males.
De Madrid hecho de menos muchas cosas, y una de ellas es su cielo. Cuando en Barcelona hace sol, uno es el tío más feliz del mundo paseando por el Eixample, pero el cielo de Madrid no lo cambio por nada. O bueno, quizás es que es el único cielo que yo encontraba a mi medida. Pero mira tú por donde que según llego de nuevo aquí, abro la puerta de mi habitación y aparece por fin un "cielo a mi medida", con sus etrellas y sus nubes... y así cuando eche de menos el cielo de Madrid no tengo más que tumbarme debajo de este cielo que se me ha aparecido en Barcelona.
Escritos a la altura de un jueves Santo, a la espera del domingo de Resurrección
SANTO CIELO, ACÓGEME EN TU... ¿SENO?
Me estoy volviendo adicta, estoy desacralizando mi pequeña letra, mi intimidad, que puede volverse enrevesada para expresar, qué, nada. Necesito un tiempo de recogimiento, un tiempo de escribir para mí, en papel. Si artificio lo que siento, me acabo volviendo freudiana, y ¡ya basta!. Aclararé las dudas personales en persona, y no por blog, por vía conversacional, la palabra oral es mejor, más sincera, menos complicada, más atávica, más cavernícola, bestial y libre. AAAAAAAAAAAAAAH!
Para los que estén en barcelona, os recomiendo el ciclo del MACBA de cine sobre Joaquím Jordà, el extremo llevado al extremo, el sí mismo. Yo me pasaré lo que la conciencia me deje.
NOs vemos.
Bárbara
Ponferrada, 12 de abril
HOMENAJE A UN HOMBRE Y UNA FURGONETA
Sé que hay injusticias contra lo que quiera que sea la naturaleza del hombre. Sé que la gente pasa hambre. Sé que la gente ya no necesita más teléfonos móviles. Sé que la gente va demasiado al médico. Sé que hay gente que no puede dormir. Sé que la gente pasa hambre. Sé que la gente sufre, porque yo sufro, y sin poder evitarlo es ésa la medida de todos mis pensamientos, de mi razón, de mis sentimientos. ¿Egocéntrica? No, inevitable. ¿Acaso nací yo en tu cuerpo? Tengo sentimiento de empatía porque yo soy hombre y tú eres hombre. Tengo sentimiento de compasión hacia un animal porque los dos somos animales. Sin embargo ante una planta sólo soy sensible, somos reinos demasiado alejados. Pero ante un igual, ¿qué me queda más que sufrir con él, que intentar comprenderlo, que compartir todo lo que pase?
Hoy he visto a un hombre llorar en una furgoneta. En un camino apartado. En un mundo al que yo no puedo acceder lloraba. Y nadie puede llegar a quitarle esa losa. Su mente y el resto del mundo. Sus ideas y el hambre de sus hijos. A la vez, simultáneamente sin poder conciliarse. Es imposible decir el dolor. El dolor sólo se ve en los agujeros del alma, los ojos. El dolor sólo se toca destilado y condensado en las lágrimas. El dolor se agita en los gemidos y en los músculos de alrededor de la cara. El dolor es letal, cegador y no te deja hablar. Te cubre cómo el peor de los mantos negros. Te estalla la cabeza viendo tus obligaciones y consecuencias del deber. Viendo todo lo que no puedes hacer ( ¿porque no quieres?) pero debes. Y de vez en cuando para. Y miras al campo verde y a las montañas. Y aspiras el sol. Pero torna el pensamiento y mata la sensibilidad afásica e inocente. Y lloras mirando al verde, con tus palabras que encienden el dolor, y él continua solo, como una mecha. He visto llorar a un hombre en una furgoneta y no puedo describir más. Sufro porque sufre y yo he sufrido lo mismo. Yo he sufrido sus lágrimas y sus preocupaciones desde que lo he visto.La vida ya no será la misma desde que he visto sufrir así. La risa ya no será la misma después de sufrir así. No puedo seguir siendo ingenua y disfrutar. No puedo no mirar al cielo, ni aspirar sol después de esto. Después de esto yo lloro en las esquinas y antes de ir a dormir. Después de esto mi vida se paró en su extremo, se paró con ese transhombre. Él era el destino que yo me preguntaba si era posible. ÉL era mi yo desarrollado, él era la prueba de que yo podía sufrir todavía más y que estaba irremediablemente destinada a sufrir. De que todo lo demás daba igual. No hay nada, y lo puedo decir así de claro, NADA,NADA, NADA, NADA, que me haga regresar a los momentos felices de antes de ver a ese hombre llorar en la furgoneta. Podré aspirar sol y mirar la hierba, pero no podré olvidar la tragedia, a ese hombre que era sus ideas y sus ideas no se correspondían con el mundo del sol y la hierba. No hay nada más porque he visto el límite, y no tiene pliegues.
Hoy me he alejado de la corteza terrestre y tengo el corazón encogido
Ponferrada, 10 de abril
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LÍBIDO DE GROSELLA Y LUNA LLENA
Dame la cucharilla. ¡Dame la cucharilla! Vale, de acuerdo, pues dame entonces una cucharada de.. confitura de grosella.
Mmmm... la disfrutaré a pesar de tu apabullante gesto de aplastante y soberbio gesto de dueño de cucharas, con el que te acercas. En realidad, yo, he sido quien te la ha pedido, pero me siento fuera del juego. Una parte está fuera, otra parte está dentro, casi en las profundidades incomprensibles. Yo tengo la pieza de este machimbrado que te falta. Y te la ofrezco más por Naturaleza que por deseo íntegro.
(relliscas pels meus llavis. ho deixas -a vegades penso que això és tot el que tens per mi- i t'en vas)
Deslizar el perfil de la cuenca ya vacía por mis labios, ceros de grosor apaisados y aplastados, barra de terciopelo rojo...
Vamos a olvidarnos de lo que te he dicho. comprueba si quiero otra, por favor. Cucharadassss. jejejeje. Me río con mis ojos hacia ti. Veo que eres invidente e inocente, no captas segundas intenciones. Eres un sol. Yo soy tu luna llena. Ilumíname si puedes.
Ponferrada, 10 de abril
Inicio de la temporada primera de NOCHES CREATIVAS
Sin motivo general y con el motivo concreto de pasárnoslo bien, CHIP Y CHOP PRODUCTIONS presenta el primer capítulo de NOCHES CREATIVAS (y de ilusión) : "Barcelona posa't guapa" (yo no me doy a la razón)...